Anoche no dormí, tu ausencia me atormentó,
Tus besos me tuvieron esperando, en vano esperé.
El sueño huyó de mí, tus labios anhelé,
Mientras la noche pasaba, mi corazón latió.
El silencio me envolvió, tu voz añoré,
Tu risa, tu caricia, todo lo evoqué.
Cada minuto parecía una eternidad,
Tu recuerdo me perseguía, mi alma desvelada.
Las sombras bailaban burlonas ante mí,
Susurrando tu nombre, aumentando mi afán.
El insomnio me consumía, un tormento cruel,
Mientras yo esperaba ansioso, tu regreso anhel.
Al filo del alba, cuando el sueño venció,
Tu imagen en mis sueños, un consuelo fugaz.
Pero al despertar, la realidad me golpeó,
Y la ausencia de tus besos, mi corazón desgarró.