Anhelos del Alma
Vibra en mi ser un ansia infinita,
una inquietud que arde sin cesar,
una sed de lo eterno que me agita
y me lleva a la fuente del Más Allá.
Siento una fuerza que me impele y llama,
un llamado interior que me conmueve,
una voz que dentro de mí se derrama
y a horizontes gloriosos me eleva.
Hay en mi alma un ímpetu divino,
una chispa celeste que me enciende,
un anhelo sublime y peregrino
que hacia lo ignoto y lo sublime asciende.
Palpita en mi pecho una aspiración
que va más allá de lo terrenal,
una sed insaciable de perfección,
una sed de lo Absoluto y Eternal.
Y en medio de este anhelar sin tregua,
de esta ansia que todo me consume,
siento que mi espíritu se entrega
a la fuente de luz que lo redime.
Pues más allá de este mundo transitorio,
de este velo que oculta la verdad,
sé que me aguarda un reino de victoria,
una dicha sin fin, la Eternidad.
Y es este sueño el que me da la fuerza
para seguir buscando sin cesar,
hasta que mi alma se funda y se absorba
en la luz que la ha de transfigurar.
