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Bajo las altas copas verdecidas,
Siento la vida brotar a raudales.
Aroma a musgos y a hojas caídas,
Arrullado por cantos naturales.
Paz y sosiego en la espesura,
Refugio de seres tan singulares.
Encuentro en ti, bosque, la dulzura
Que mi alma anhela en los pesares.
Tu quietud me calma y me conforta,
Tus matices me evocan la belleza.
Contigo mi espíritu se transporta,
Alejado del mundanal ruido y la tristeza.
Amor profundo y sincero siento
Por ti, noble y etéreo bosque.