Despierta el bosque dormido,
rayos de luz entre ramas.
El rocío, un dulce brillo,
viste las hojas de plata.
Un coro de trinos suaves
rompe el silencio del alba.
Despiertan flores fragantes,
se estiran las verdes ramas.
La bruma, velo sutil,
se disipa con la brisa.
El día comienza a fluir,
la vida se reencarniza.
Un ciervo cruza el sendero,
dejando huellas calladas.
El musgo, verde terciopelo,
cubre las rocas mojadas.
La naturaleza, sabia,
se despereza con calma.
En este rincón del alma,
renace la esperanza.