Bajo el cielo azul del amanecer,
mi pluma danza con suave placer,
trazando versos en papeles de luz,
donde mi alma vuelca su virtud,
fluyendo en rimas de eterno querer.
En cada palabra mi voz se expande,
como ríos que corren sin cesar,
poesía que brota con el murmurar,
de un corazón que late y comprende,
el poder de amar y de soñar.
Letras danzan en la hoja en blanco,
como estrellas en el oscuro manto,
poesía que al alma da calor,
un refugio en este mundo falto de amor,
donde la magia de las palabras es un encanto.