Una gota diminuta en el océano,
soy parte de algo vasto, sin igual.
O un mar inmenso, con mi propio plano,
que alberga mundos dentro de mi caudal.
Soy el susurro en la brisa, etéreo,
y también el trueno que desgarra el cielo.
Un pensamiento fugaz, un anhelo austero,
y la fuerza que sostiene el vuelo.
Soy un ser limitado, frágil y pequeño,
pero en mí hay un universo entero.
Un destello de lo divino, sueño y ensueño,
que transforma la existencia en un misterio.
Soy gota y mar, partícula y fuente,
lo insignificante y lo trascendente.