La alegría en la mañana,
como un sol que nace y brilla,
es un canto de la arcilla
y del ave que se hermana.
Es la risa que se humana,
con la flor en el camino,
es el néctar del destino,
es un faro en la tormenta,
la dulzura que alimenta
el corazón peregrino.
Alegría que despunta
en el alma del poeta,
es la brisa que interpreta
una danza por la gruta.
Es la luna que se junta
con las estrellas risueñas,
es la luz en las pequeñas
cosas que llenan la vida,
es la fuerza compartida
en las manos de las dueñas.
Es el niño que sonríe,
es el canto en la alborada,
es la llama en la mirada
de quien sueña y no deslíe.
Es un río que confíe
su caudal a la esperanza,
es un baile, es una danza
que no cesa su compás,
es el futuro que das
cuando el alma se abalanza.