¡Oh, Alegría, chispa celestial,
Hija de Eliseo, ardiente y real!
Enciende mi ser con tu brillo intenso,
Guíame por sendas de éxtasis inmenso.
Tu danza extática llena mi pecho,
Un torrente de pasión que me ha hecho derecho.
Tus ojos resplandecen con fuego celestial,
Iluminando mi alma, quitando todo mal.
En tu abrazo, encuentro el paraíso ansiado,
Donde el amor florece, ilimitado y sagrado.
Tu risa, una sinfonía que me embelesa,
Un bálsamo para mi alma, una eterna promesa.
Alegría, mi musa, mi inspiración,
Tu espíritu ardiente me llena de pasión.
Por ti, mi pluma vuela, mi corazón canta,
Celebrando tu belleza, oh, llama incesante.