¡Albo amor tan bello, tan puro, tan santo,
Que yo con delirio canté en mi niñez!
¡Cómo te han herido con bárbaro encono
Los hombres que solo conocen la hiél!
¡Cómo han profanado tu templo sagrado,
Convirtiendo en sombras tu luz celestial!
¡Cómo han arrojado en el fango impuro
Tu imagen divina, tu forma inmortal!
¡Cómo han arrancado de tu casta frente
La corona eterna de gloria y de honor!
¡Cómo han convertido tu ardiente mirada
En mirada hipócrita, llena de rencor!
¡Cómo han destrozado tus alas purísimas,
Que al cielo te alzaban en rápido vuelo!
¡Cómo han abatido tu imagen hermosa,
Que irradiaba en torno su bello consuelo!
Albo amor tan bello, tan puro, tan santo,
Que yo con delirio canté en mi niñez!
¡Cómo te han herido con bárbaro encono
Los hombres que solo conocen la hiél!
Mas yo te venero, yo aún te idolatro,
Y mi voz alzando con íntimo ardor,
Te digo: ¡Resiste, resiste, oh amor mío,
Y volverás a brillar con tu antiguo fulgor!