Al filo del silencio
Se amotina la luz en los rincones,
donde el viento hurta murmullos
y las sombras se acunan en su fuga.
Es la hora en que las hojas callan,
susurrando secretos al abismo
que se abre entre el tiempo y la memoria.
La noche, con su aliento espeso,
teje hilos de ausencia
en la trama de un suspiro olvidado.
Todo lo que somos
es este instante que se quiebra,
un latido que danza
al borde de lo eterno.
Y ahí, al filo del silencio,
el alma se despide del peso,
se vuelve brisa,
y, como un pájaro sin prisa,
desaparece en lo alto del olvido.
