Por Sevilla van cantando
versos que nacen del viento,
en la pluma y en la boca,
los poetas van dejando
del alma su sentimiento.
En Triana o en la Alameda,
surgen coplas sin igual,
que al compás de las guitarras
y entre vinos y leyendas
la luna viene a escuchar.
Llevan tinta en la mirada
y el duende en el corazón,
sus palabras son camino,
y en el aire de Sevilla
se vuelve canto su voz.
Poetas de tierra y sueño,
de arte y de libertad,
vuestros versos nunca mueren,
pues Sevilla los convierte
en eterna claridad.