A la Gloriosa América
América, tierra de sol y esperanza,
que alzaste tus brazos hacia el porvenir,
cuna de pueblos de ardiente pujanza,
donde el sueño insiste, donde hay que vivir.
Bajo tus cielos, la sangre ha corrido,
en la lucha eterna por la libertad,
y en tu suelo fértil ha florecido
la fe del que avanza sin mirar atrás.
Eres vastedad, inmenso horizonte,
sierra y desierto, selva y volcán,
ríos que rugen, mares sin monte,
como un canto libre, puro y ancestral.
Eres mezcla viva de raza y de historia,
de antiguos guerreros, de nuevos saberes,
en cada nación guardas la memoria
de glorias pasadas y sueños por ver.
Fuiste refugio de pueblos cansados,
de manos que huyen del yugo feroz,
y al hombre rendido, tú le has brindado
una nueva patria, su propia voz.
Pero también sabes de sombra y quebranto,
de vidas truncadas por la ambición,
pues bajo el progreso se oculta el llanto
del que aún espera redención.
América inmensa, patria de todos,
en ti se cruzan destino y razón,
eres desafío, eres mil modos
de buscar la paz en cada rincón.
Sigue, América, firme en tu empeño,
que el viento y el tiempo contigo van,
y en cada sendero nace un nuevo sueño
que al mundo inspira y hace vibrar.
