Abrir una grieta,
una profunda.
Como si el cuerpo fuese roca,
dura y comprimida por el tiempo.
Inerme a lo que pasa en el espacio,
con ausencia de color y sensibilidad.
Una fractura en los adentros,
una que retumba y alerta todo a su paso,
rompiendo lo ya dispuesto en su forma,
creando un lugar inhabitable.
Un vacío contenido en el mismo espacio,
un espacio carente de dimensión.
Algo que no existía y que ahora es;
su existencia oculta el misterio.
Un abismo que llama a ser observado
y que tiene el poder de consumirlo todo.