Convulso fue el día,
corrí por la ciudad y llovía.
Fría fue la noche, pero tus mensajes me fueron cálidos.
Aún no duermo, pero estoy tranquilo.
Contaré discretamente los días y las noches,
pues faltan pocos para estar junto a ti.
Mis labios te extrañan
y mi espíritu tiene necesidad de ti.