La verdad hace la Fe; y algunas v…

Vuelvo a nacer en ti: Pequeña y blanca soy... La otra —la obscura—que era yo, se quedó a… como cáscara rota, como cuerpo sin alma,

¿En la vara de Moisés, el de la cabeza flamígera, o en aquella humilde, reseca piedra del desierto? ¿O estaba, desde antes, en la enfebrecida sed, capaz de fecundar arroyos en cada pied...

El viajero ha saltado ágilmente a su caballo, pronto a partir. El camino se extiende recto y empolvado hasta el horizonte: y mientras pruebo la resistencia de los arneses y el buen amar...

Sed tienes. Y ahora, aunque arrancáramos todos los ríos de su entraña y los allegáramos trémulos, palpitantes, a tu boca, tu sed seguiría flotando por encima de las aguas en tumulto, im...

El gajo enhiesto y seco que aún queda del rosal muerto en una lejana primavera no deja abrirse paso a las semillas de ahora, a los nuevos brotes ahogados por el nudo de raíces que la pl...

Vino de ayer, aún me enturbias los…

Que la vida no vaya más allá de tu… Que yo pueda caber con mi verso en… que tus brazos me ciñan entera y t… sin que afuera se queden ni mi sol… Que me sean tus brazos horizonte y…

Isla mía, ¡qué bella eres y que du… Tu mar es el último refugio de los… Vértebras de cobre tienen tus serr… Descanso de gaviotas y peireles, a… Sigues siendo la tierra más hermos…

Porque me amas más por mi arcilla que por mi flor; porque más pronto hallo tu brazo cuando desfallezco que cuando me levanto; porque sigues mis ojos a donde nadie se atrevió a seguirlos...

Ven, ven ahora, que quizá no sea d… Ven pronto, que quién sabe si no s… Ven, por piedad; no escuches al qu… Cierra los ojos y corre, corre, a…

El sol se ha rajado y cae un chorro de oro sobre mi corazón. Es un oro ardiente que salta sobre las nubes

Viendo allí todavía la sonrisa de aquel Cristo tan pálido yo esta… Y era apenas sonrisa la imprecisa medialuna que el labio dibujaba, la albura melancólica y sumisa