#1953 #EscritoresCubanos #EscritoresHabaneros #PoemasSinNombre
Sólo clavándose en la sombra, chup… de la sombra, se logra hacer para… Grato es el aire, grata la luz; pe… y el que no ponga el alma de raíz,…
Señor mío: Tú me diste estos ojos… Rey jurado de mi primera fe: Tú m… Dulzura de mi ardua dulzura: Tú m… Soplo de mi barro: Tú me diste es…
Como este río que a ningún lado ha… Yendo hacia ti por un camino que e… He vivido mi muerte y he muerto mi… Como este río, sí... Como este rí… Distancia de río ha sido nuestra d…
Ayúdame, Señor, a ser lo que Tú h… O déjame saber que no lo has queri…
La verdad hace la Fe; y algunas v…
Ya no tengo un recuerdo que me aco… ni un sueño que me alumbre... Sola… sin quietud ideal ni lucha ruda voy en la tarde gris o el alba roj… Ya nada me entusiasma o me acongoj…
Para que el niño de los ojos manso… arranqué del jardín mis rosas blan… Y mis rosas rojas... Para que juegue con sus hojas el niño de los ojos mansos
Tú, que amas un amor fantasma y que das un nombre a la niebla, a la ceniza de los sueños... Tú, que te doblas sobre ti misma como el sauce se dobla
Viendo allí todavía la sonrisa de aquel Cristo tan pálido yo esta… Y era apenas sonrisa la imprecisa medialuna que el labio dibujaba, la albura melancólica y sumisa
Te digo que sigas tu camino sin el temor de perderme. Te digo que has de encontrarme cuando vuelvas, aunque tardes mil años. Pues que eres débil y te empuja la vida, ve donde te lleve. ...
La miel guardé y se me agrió la mi… —Mariposa con sed junto a mis rosa… Guardé la luz y se extinguió en lo… —Noche la de tu amor... ¡Y sin au… Guarde el beso... y el beso se hiz…
Pasaste por mi corazón como el tem…
Pajarillos de jaula me van parecie… Si los suelto, perecen o regresan.…
Con collares de lágrimas adornaste… Con pétalos de sangre sembraste mi… ¿Es que soy más bella con tocado d… ¿Tan enterrada tengo la dulzura qu… ¡Y por qué quieres mi dulzura, si…
¿Qué me queda por dar, dada mi vid… Si semilla, aventada a otro surco, si linfa, derramada en todo suelo, si llama, en todo tenebrario ardid… ¿Qué me queda por dar, dada mi mue…