Yo conozco el camino que este rosal ha hecho recorrer a su rosa hasta abrirle hueco hacia la luz en la trémula punta del cáliz.
Yo casi acertaría a verlo filtrándose a su flor a través de las mínimas raíces aspirándola hacia arriba, propiciando el tallo exacto por el que ha de brotar, el tallo donde no puede caber y cabe en gracia y ceñidura de todo alumbramiento.
Yo conozco el camino del rosal y otros muchos caminos de la tierra, aunque nunca los anduve ni son tampoco mis caminos... Pero desde que era ella sólo sangre viajera, goteo orgánico de glándulas, latido animal en el cerebro... ¿Cuál ha sido, Señor, el camino de la palabra que me diste?