Pasa un pez escamado de esmeraldas;
pasa otro pez dorado en oro fino...
Y muchos peces de colores.
Pasan
bebiendo el sol en agua diluido,
en tránsito de auroras rezagadas...
No tiene pies el paso que no asientan,
son de silencio, de temblor, de nácar...
Giran los peces, ágiles ondulan
entre la arborescencia de las algas.
Y tejen y destejen mil caminos
invisibles por dentro de las aguas.
Luceros: ¿En qué cielo revertido?
Vida ignota: ¿En qué mundo de fantasmas?
Los peces tienen frialdad de lunas
y palpitar de pájaros sin alas...
Siguen pasando y deshojando rosas
líquidas con sus colas desflecadas;
fijo el ojo redondo y repulido
por la noche del mar, por las resacas...
Primavera marina en flor.
¿Qué peces
pueblan el mar caliente de mi sangre?