POESÍA JAPONESA
No sé si eran tus ojos, no sé si tu boca, que era para besar y quedarse pegada a ella, eras todo tú,
Aprendí que hay personas que solo miran por ellas mismas. Qué los ojos mienten que las bocas hablan lo que el corazón niega.
En la cocina aroma a café fuerte, me seduce esta madrugada, se me escapan las miradas, para tocarte por dentro
A piel descubierta me lanzo al vacío de tus brazos, besando el aroma bendito de tu boca. Acariciando tu piel
Mis uñas se clavaron en tus muslos de nácar haciendo surcos en ellos, mis manos subieron por las piernas… hasta tocar tu pubis sedoso.
Mar cristalino que me abraza llorando, entre las olas. Quiero una playa y perder la mirada,
Supe que eres tú desde el primer momento en que te vi. Tú, mi amor eterno, lo sé, lo sentí, al
Conocerte fue ver el sol dentro de mi pecho iluminando cada centímetro de mi corazón. Recuerdo tu pelo que mis manos deseaban amasar, acariciar
Tengo que conseguir salir de aquí, te besaré te amaré hasta morir encima de ti. Pero debo de continuar
Mejor que te calles, no quiero oír tus mentiras, tú no tienes educación, no tienes perdón. Me decías mi amor,
Soy animal salvaje, que nadie amaestra. Ojalá te des cuenta de lo imbécil que has sido, dejándome marchar.
Con la luna ardiendo al ver a los amantes el mar se calentó al ritmo de la marea lunar. Allí bajo su luz te besé
Amar es sentir la vida florecer en los latidos de tus sienes. Amar es consumirse en el ardor del fuego
Dicen del Müki que es un Haiku expulsando la rigidez de 17 sílabas e inició “la forma libre Haiku”. (Rechazando el uso de los kigos, aunque puede tener kireji en el tercer verso como el...
Él me quiso como se quiere el sol que sale cada día. Me amo por encima de todo, y lo hizo porque