POESÍA JAPONESA
Muérdeme el cuello dos colmillos albos se clavan en mí. Siento por mis venas caballos correr,
Átame, hazme tuya, pellízcame y llévame al infierno del placer, pasea tus manos por toda mi piel.
Le caía encima una melancolía dulce, como una caricia leve, que le oprimía el corazón a veces.
Tienes miedo de salir al escenario, sufres cada vez que cantas. Vuelas y vuelas con las malditas pastillas,
Aprendí que hay personas que solo miran por ellas mismas. Qué los ojos mienten que las bocas hablan lo que el corazón niega.
Entre los suspiros de sus ojos y los míos, se quedó latiendo un corazón entre la mar y el cielo. Palpitar loco
Entre pasillos navega mi mente en un caos que emerge del volcán en plena erupción. Abro puertas infinitas, en el laberinto de Creta
Dicen del Müki que es un Haiku expulsando la rigidez de 17 sílabas e inició “la forma libre Haiku”. (Rechazando el uso de los kigos, aunque puede tener kireji en el tercer verso como el...
El dolor de la ruptura de un amor, aún vivo y palpitante, te marca hasta las entrañas. Pero puedo vivir sin ti. Mi corazón salvaje,
Mis senos duros turgentes, con circunferencias perfectas, los miro, mientras contemplo por el rabillo del ojo, unas flore… ajadas, muertas.
En el río Darro tus pies bañabas, en la fría agua como un niño disfrutabas. Entre dos luces
Qué hago mirando el amor si este se fue. Miro por la ventana gente que con indiferencia pasea por la calle
En la arena, lamiéndonos el mar la piel, sentí tus ganas revolcándose en mi cuerpo. Mis piernas te envolvían
Por la mañana y yo acurrucadita en tu pecho, con la respiración aún agitada y caliente de tu sexo. Me besas con ternura, me dices un… Yo soy el cuerpo donde
El fuego lamía mi cuerpo, surgía desde el mismo infierno. Mis labios escalaron