Que pobres nos hemos vuelto, personas incapaces de comunicarnos… de decir la verdad, por miedo, a que alguien se ofenda. Temor a llamar las cosas
En aquel prado la mariposa vuela libando versos. Bajo la lluvia el sol muere en la tarde,
Ya no recuerdo tu silueta, entrando por la puerta, tu sudor en las noches de calor. Solo me acuerdo de aquel día de verano, en que te fuiste,
Siento cuando tú no estas, y yo, siempre quiero estar contigo ni un segundo sin que mis pupilas se hundan en las tuyas compañero de vida
Hay pecados que son una delicia tan exquisita que no hay confesiones ni sacerdotes que puedan perdonar. Una vela roja recorre mi pecho
En el cerezo. Tela de seda líquida teje la araña. Junto al rosal el eco de la lluvia.
El jardín níveo pétalos de jazmín blanquean su pelo trenzas de flores albas ciñen su bella cara.
Siempre estaré te quiero junto a mí aunque la vida se haga noche y la lluvia de fuego me queme. Porque te amo
Flota en el aire mil aromas a flores, en sintonía. La rana salta bajo el cielo de luna,
Hay rimas bellas en el hermoso cuerpo canta al otoño. Al son de un triste fado, cimbrea la cintura.
Recuerdos del desierto Pienso en nosotros dejo caer la arena lame mi cuerpo nuestro amor es salvaje
Cierro los ojos no quiero verte marchar, huelo tu aroma a esa colonia que un día te regalé, me trae recuerdos hermosos,
Tu dulce cuerpo, enredado en mis manos, en blancas sábanas. Ojos zafiros son los que me iluminan,
Le pregunté al corazón su secreto y susurró tu nombre. Escondido, entre un latido y otro,
La luna negra ilumina mi ventana quiero sentirme viva tú atravesaste con una bala mi dol… abriste la puerta te fuiste sin mirar atrás.