POESÍA JAPONESA
Sigo la senda de tus pisadas, voy haciéndolo con cuidado, tengo miedo de que la playa las borre y solo quede mi solitari… mirada.
Chica, aún no eres una mujer ¿qué haces en ese bar un viernes n… Estás fumando, sabes que está proh… el jefe del bar quiere tenerte. Chica aún no eres una mujer
En aquel callejón bajo la luz mortecina tu mirada se cruzaba con la mía. Ojos de serpiente boca de lava ardiente
El mar inmenso con los lindos corales, ¡Cuánta belleza! Miro alrededor mío cientos de peces
Mar de las flores, el cielo se confunde en el azul. Hipnóticos los campos sus colores deslumbran.
Gira sobre si mismo ramas abiertas mirada infinita Olor a otoño de frutas y manzanas
No creas que me tienes como la primavera las flores, que soy como aquel pájaro que echó a volar. Qué la vida me ha enseñado
Que yo no me voy que soy el suspiro del aire que pa… que soy tu memoria, tu alma, que respiro tu olor en la distanci… que soy amor
A las cuatro de la mañana con el silencio de la noche, apenas roto por algún coche; me siento en la cama y pienso en ti.
Me tomé mi dulce tiempo provocándo… mordiendo su cuello apretando su trasero arrasando sus labios sentía sus gemidos
Bajo el aguacero voy andando con unos tacones rojos, así, como si fuera agua que corre por la acera.
Esta noche deseo poseer tu cuerpo deleitarme en tu mirada besar tu boca ardiente como la pasión que te embarga.
Entre las sábanas ese negro silencio del desamor. Pequeñas perlas, de agua en esas pestañas,
Hacedor de amores rotos poemas equivocados murmullos de tristeza entre las aves que vuelan no dejes que me deshaga
Cálida noche en la charca las ranas luna en el lago Toquilla arropa bebés sueños felices