Poesía japonesa
Hay duelos que en silencio gritan, nostálgias que sollozan suspiros, amores que damos y se quedan tirados en el suelo. Los ojos salen de sus cuencas
“Eran los mejores tiempos, eran los peores tiempos, era el siglo de la locura, era el siglo de la razón, era la edad de la fe, era la edad de la incredulidad, era la época de la luz, er...
Patos nadando árboles, viento, lluvia ventana se abre Rayos de luna navegan en el barco
En mi pecho una rosa carmesí me recuerda el amor que me tuviste en aquel otoño de 1940. Cierro los ojos me recreo en aquellos besos
Eres el sueño hecho carne, la sinfonía de los sentidos, un bello poema en movimiento, eres puro fuego encendido. Tus curvas son suaves colinas,
Cuando se marchó aquel suave alete… de las mariposas, ya no temblé, si lo pienso, bien que me alegré; y me dije, yo amores no deseo. Mi amigo en su afán de amor verdad…
Estaré de pie no lograrás que caiga ¿Crees que yo no sé cuidarme? Sigo en pie no permitiré que vuelvas a hablarm…
Ayer te pensé más de una vez no entiendo como has destrozado la… pero cada vez que te veo bailar as… siento que la vida se me va allí m… La verdad ¿qué es la verdad?
Mi cabeza echada hacia atrás, la melena rubia rozando el suelo y él besándome mientras su navaja recorría con la punta la piel del… bajando lentamente hasta mi clavíc…
Se oyó un taconeo en el silencio de la iglesia, una mujer avanzaba hacia los primeros bancos, llegó al primero, se arrodilló, agacho la cabeza, no se oía nada, pero sus labios se veían ...
Con hilo de oro tejen las nubes albas rayos de sol. En sus orejas zarcillos de coral,
Estaba perdida entre el mar y la t… estaba perdida en el oleaje amaril… Estaba perdida y de pronto te vi a… Fuiste mi salvación, sanaste todas mis heridas
Si me quieres ayudar hazlo, tendié… si me quieres ayudar no me juzgues… no me dejes destrozada, tirada com… Porque hasta llegar a ti para pedi… el dolor me ha retorcido las entra…
Hablan sus ojos, cuentan historias… cuando los abre de par en par veo felicidad en ellos, están tan abiertos que sonríen. Y, ¡Esa mirada de sorpresa!
Los desposeídos aquellos que el alma la tienen embargada. Los desarrapados los conoce usted señor banquero