Dori Gómez
(2015)
POESÍA JAPONESA CHÖKA En los hogares las luces encendidas olor a troncos
Recuerdos vienen a mi, del agua fría de esa playa turquesa, donde los besos eran como la arena, infinitos. Cuando llegaba la luna y rozaba
Hay rimas bellas en el hermoso cuerpo canta al otoño. Al son de un triste fado, cimbrea la cintura.
Alboradas de piernas enredadas, en sábanas húmedas sábanas gastadas, con promesas y deseos de te quieros y frenesí.
LA NOCHE ME SABE AMARGA La vida que se transforma, se deforma entre calles empedradas con el dolor ajeno. Noches que se estrujan
La magnolia tiene un aroma que te deja enamorada, su suave fragancia llega a toda la plaza. Mujeres que charlan al fresco,
Eres ausencia soledad de ese invierno frío y nevado. Inmenso amor de paso; libertad pides,
Al fin del mundo iría y corriendo por ti si lo dijeses, más... ¡duelen los pies!
Y miro mis piernas llenas de tus huellas, las muevo, las toco, me desespero. El carmín de mi boca
Abrázame fuerte desde lejos, no dejes que la distancia apague en ti mí existencia. Bésame en la noche hazme el amor
Ya no recuerdo tu silueta, entrando por la puerta, tu sudor en las noches de calor. Solo me acuerdo de aquel día de verano, en que te fuiste,
Me miras vida tús ojos tan brillantes pasión del alma las yemas de tus dedos en manos firmes
Cuando la oscura noche parezca no… recuérdame entre la oscuridad y la luna escondida. Te quiero tanto, tanto no puedo decir las veces
Amo que me digas que me amas que a pesar de mis cicatrices esté… que la cama se mueva noche tras no… llena de deseo, lujuria, pecado de… las llamas lamen nuestros cuerpos…
Agua cayendo Verde como mi vida resplandeciente center