Dori Gômez

El ayer

Cerró los ojos
para no ver el mundo
para olvidar los “ayeres”
que la dejaron rota,
cómo muñeca de trapo,
tirada en medio del patio.
La luna le susurra:
Niña deja esos
quejíos, que no sirven
de na ¡Ay niña!
¡Tú te dejaste engañar!

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