#EscritoresCubanos #EscritoresMatanceros #ParaNiños
La Habana es como una hermosa, limpia, fresca, alegre casa: sus puertas, de par en par, invitan a visitarla. Aquel que a Cuba respete
Camarada del sapo, del río hermana, amiga de la piedra, nieta del agua. Nieta del agua
En su casa de hojas despierta el pájaro porque, anunciado el día, se entona el gallo. Canta seguido,
¡Tilín! ¡Tilán! Campana de oro de la mañana. ¡Tilín!
¡Jey, vaya, toro, con el arreo! Los toros toros, sus cuernos cuernos, en el camino
En un caracol rosado de la playa de Girón sobre el nácar hay grabado: “¡Cada cubano un soldado; cada soldado un león!”
Torito camagüeyano y de la sabana rey, he venido de muy lejos queriéndote conocer. Debajo del algarrobo
Al mediodía, cristal el agua, cristal las hojas, cristal el día. Cristal, cristales,
Abril es un niño rubio que junta flores y pájaros; tiene los ojos azules y va vestido de blanco. Mayo es un niño aguador
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
En la casa que recuerdo, en la casa, entre el naranjal y el cielo: plátano indio, plátano congo,
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)
Miniatura marinera, filigrana de madera, ámbar, jade verdemar. Caballito de sal fina, bailarín, aguamarina,
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
Mi papalote, ¡qué lindo mi papalote! Vuela y vuela como un pájaro mi papalote. Un pájaro de papel