Jamás en vida había gritado tan fuerte estando muda,
Golpeado, si tener fuerzas,
Herido tendiendo alma.
Jamás había pensando que imaginar y crear sentía mi cruda condena; llena de lágrimas y sin voz, nada más.
Voy por la vida creyendo en palabras, no opinando, dando la razón, aunque en mi mente haya respuesta para cada una. Un cuerpo sin voz, un ser lleno de amor visto siendo cruel, antisocial... así soy, es la realidad de muchos o de pocos, no lo sé.
Tanto que ofrecer y una humanidad que calla que aprisiona por tener una idea evolucionaría, diferente, para muchos. Callar para sobrevivir, acceder a un líder sordo, sordo de tolerancia; cruel para el pueblo, débil para las cuerdas que son movidas por horribles bestias disfrazas de paño. Un conejillo de indias en la casa blanca, un hazme reír por su líder carnívoro, codicioso, oportunista, sucio, un ser subjetivo.
No quiero esto, no quiero ver clínicas rebosando de bebés sin voz.
No quiero ver llorar un arrepentimiento.
No quiero ser participe de un mundo individualista, egoísta, mentiroso.
“Si no opinas igual que yo, eres un ignorante”
“Si no piensas igual que yo, iré contra ti”
“Si quieres algo diferente, no mereces vivir”
“ Si les dan más a los hombres machismo”
“Si se da por igual, quiero más”
“Si tienes más, ¡QUIERO MÁS”
“Si una mujer, emplea fuerza, machoman”
“Si una mujer calla, débil”
“Si un hombre llora gay”
¡No quiero un mundo así!
Yo opino, que... yo no opino nada.