Otra noche en la cual me siento diferente, mis pensamientos están ausentes, otra noche de esas donde el cansancio soborna las energías para marcharse por la autopista de las emociones.
Otra noche en la que me siento insuficiente, tan distante y cercano a la vida, presuroso quisiera correr al consultorio por más cajas de pastillas sedantes, todo pierde importancia cuando conciliar el sueño por ti mismo es imposible.
La tensión de mis tendones duelen, las suturas que tanto esfuerzo y tiempo llevaron, se descosen en 14 hilos de febrero, el miedos me aplasta los recuerdos veteranos y los hacen desfilar por la calle del quebranto.
¿De qué forma le digo a mamá que este soldado no puede rendirse porque su bandera ya no es blanca?
¿Qué palabras debería ensayar para decirle al médico?
¡¡Si, eso!!
Galeno, el dolor no está en mi cuerpo, el dolor está en el alma.
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Ríe cuando puedas