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A un tal que asesinó a diez y era la imagen del vicio, muerto, el Soberano Juez le salvó del sacrificio sólo porque amó una vez.
El pensador llegó a la barca negra… y le vieron hundirse en las brumas del lago del Misteri… los ojos de los Cisnes. Su manto de poeta
Mi pobre alma pálida Era un crisálida. Luego mariposa De color de rosa. Un céfiro inquieto
Hoy pasó un águila sobre mi cabeza, lleva en sus alas la tormenta, lleva en sus garras
¡Es con voz de la Biblia, o verso… que habría que llegar hasta ti, Ca… ¡Primitivo y moderno, sencillo y c… con un algo de Washington y cuatro… Eres los Estados Unidos,
–Yo soy Gaspar. Aquí traigo el in… Vengo a decir: La vida es pura y… Existe Dios. El amor es inmenso. ¡Todo lo sé por la divina Estrell… –Yo soy Melchor. Mi mirra aroma t…
Una noche tuve un sueño. Luna opaca, cielo negro, yo en un triste
Cuando iba yo a montar ese caballo… y tembloroso, dije: «La vida es pu… Entre sus cejas vivas vi brillar u… El cielo estaba azul y yo estaba d… Sobre mi frente Apolo hizo brilla…
Musa, la máscara apresta, Ensaya un aire jovial y goza y ríe en la fiesta Del carnaval. Ríe en la danza que gira,
Ama tu ritmo y ritma tus acciones bajo su ley, así como tus versos; eres un universo de universos y tu alma una fuente de canciones. La celeste unidad que presupones
¿Que por qué así? No es muy dulce la palabra, lo confieso. Mas, de esa extraña amargura la explicación está en esto: después de llorar mis lágrimas
¡Argentina! ¡Argentina! ¡Argentina! El sonoro viento arrebata la gran voz de oro… Ase la fuerte diestra la bocina, y el pulmón fuerte, bajo los crist…
El traje de los vicios son los harapos; que hoy andan las virtudes de guante blanco. Lugar común;
Mira, no me digas más: ¡que otra palabra como ésa tal vez me pueda matar!
En la pálida tarde se hundía, el sol en su ocaso, con la faz rubicunda en un nimbo de polvo dorado. En las aguas del mar, una barca,
