Después de todo
Y después de todo, mereces un amor que te merezca, que te dibuje, que te cante, que te llene de mensajes por todos lados para que nunca olvides que eres el sol de sus días.
Mereces un amor que pierda la jodida cabeza por ti, que le hable a todos de lo afortunado que se siente, que te haga creer que existen maravillas hasta en el largo de tus pestañas y te convenza de que eres un puto milagro a besos.
Mereces un amor que no se rinda, que saque las papas del fuego cuando toque, que esté dispuesto a ponerle azúcar a los ratos amargos y meterle las veces que a ti se te acaben las fuerzas.
Mereces un amor de esos locos que hacen parecer cuerdo a todo el mundo, que baile en medio de la calle, que llegue a verte sin avisarte, que cambie los planes de último momento y te lleve a ver las estrellas y a columpiarte en los parques.
Mereces un amor que sin importar el día o la hora quiera escucharte, sacarle brillo a tu sonrisa cuando se opaque y mandar los miedos y las inseguridades a la chingada cuando se te aparezcan en las madrugadas.
Mereces un amor que te saque de este maldito planeta a ratos, que te encuentre galaxias enteras en los ojos, constelaciones en los lunares y un universo completo en las yemas de los dedos.
Después de todo, dejando a un lado las novelas, los cuentos de hadas y esas películas románticas que siempre tratan de lo mismo, mereces un amor que te merezca.
