Soy la sombra en esta vertiente de pensamientos, que sereno ante el silencio escucho como me carcome por dentro sin piedad, sin aviso.

Soy el frío que entumece tu mente, la cálida sombra que emana de las vertientes, su suave y acogedora brisa de tranquilidad que acarician el alma y con celeridad y coraje, empujó mis pies inertes hacia el abismo del no retorno.

En donde mis lágrimas, son los únicos que llenan este vacío de pensamientos, este vacío de impotencia y de un sueño inverosímil, aclamador de la belleza natural en donde los ojos únicamente son espejos del alma más no la ventana de la misma.

Como las estrellas son la ventana hacia un mundo de sueños, anhelando regresar al lugar donde perteneces, deseando, pertenecer al mundo de lo no visible, al mundo intangible, al mundo que añoras pertenecer.