La veleta, la cigarra.
Pero el molino, la hormiga. Muele pan, molino, muele.
Trenza, veleta, poesía.
Lo que Marta laboraba
se lo soñaba María.
Dios, no es verdad, Dios no supo
cuál de las dos prefería.
Porque Él era sólo el viento
que mueve y pasa y no mira.