En remotas edades, sobre el mar en bonanza,
en la hoja de oliva de luciente verdor,
con la paz condujiste la divina esperanza
perfumando la brisa con fragancia de flor.
Otro tiempo en el mundo tu alba imagen alcanza,
por los campos floridos a anunciar el Señor,
y más tarde tu vuelo en el céfiro avanza
conduciendo azucenas en misivas de amor.
Hoy, odioso destino te han confiado en la tierra,
pues con vuelo sonoro los mensajes de guerra,
entre nubes de humo, sólo sueles portar;
mas yo sueño, ave tierna de las alas sedosas,
que en el pico le llevas a mi amada las rosas
que a sus plantas mis manos no le pueden llevar.