Nada me importa que me llamen viejo,
pues hoy me estoy portando como ayer
me portaba y así va a suceder
siempre, si de cuidarme no me alejo.
Ni por asomo tengo ese complejo
de la gente que quiere parecer
joven sin serlo y suele padecer
por tal cuando se mira en el espejo.
El vino, cuanto más lo es, mejor
le sabe al paladar y comparando
entiendo que se tienen más ventajas
sobre todo en las lides del amor,
porque si eres mayor, estás deseando
mostrar que no eres agua de borrajas.