La vida, al parecer, es larga o corta,
que es igual que decir que es corta o larga,
pues al que mucho sufre se le alarga
y a quien no sufre nada se le acorta.
Depende, pues, de cómo se comporta
con nosotros, si viene carilarga
o al contrario, con mucha sobrecarga
de una alegría que a gozar exhorta.
Hay también gente a la que nada importa
que venga dulce, insípida o amarga,
pues todo cuanto llega lo soporta
por su gran fortaleza y se la carga
al hombro y tan estoico la transporta,
hasta que ya le aburre y la descarga.
Hasta hay gente que encarga
la que piensa que más le reconforta
por los muchos placeres que le aporta.