Tú me estás dando cuanto necesito
y yo te doy de aquello que careces
y que de sobra tanto te mereces,
por lo que sin cesar te lo transmito.
Con un inmenso amor lo deposito
en ti y al tiempo veo que floreces
y en éxtasis divino permaneces,
con un placer rayano en lo infinito.
Un amor semejante al que te doy
no lo has tenido nunca al parecer
y por eso te sientes tan feliz,
como también te digo que lo soy
yo, con esta manera de querer,
al ver que en ambos dos ha hecho raíz.