AL OLIVO DE MI VENTANA.
En un entorno idílico ahora vivo
en una residencia entre pinares
y al lado de mi casa hay un olivo
como no he visto nunca en otros lares.
Tiene el tronco partido por los años
y una bonita estampa por lo añoso
y aunque hay muchos por estos aledaños,
ninguno me parece tan airoso.
Me encanta su figura y la disfruto
porque es fenomenal sin duda alguna
y en el invierno, cuando dé su fruto,
me gustará el sabor de su aceituna.
Lo vengo a saludar cada mañana
a través del cristal de la ventana.