Bendita y deseada la mujer que no amo,
aunque fuese yo quien no la desea, y
aunque fuese ella quien sólo a veces me ama .
Bendita sea entre una soledad y otra, y
que siga siendo bendita entre todas y en medio de ninguna .
Prometo a ella que no sea un ángel
ni un demonio en el paraíso o
una estrella sin un hombre que la mire .
Pero si voy a prometer a ella una maldición ;
la maldición de prometer que me quiera .