Estoy despierto, sí, estoy mirando fríamente algunas cosas que van dejando ya de ser secretas… Están ahí, como los árboles en el desnudo aire. Sí, estoy desp…
Quedará lo que ella afirma no lo dice su decir es no decir y no decir y… no infinitamente sino Tres Veces
Detrás de él va un niño que lleva un suéter rojo que va detrás de un viejo que tiene un sombrerito, detrás de una señora
Cito textualmente las estrellas y el hogar complejo de la naranja… Diminuta es la luz en que el buey… lejos del ave, asoleando eternamen… las estuidosas manos del guajiro,
Ah de mi casa, este navío a tumbos siempre en el mismo sitio navegand… quién sabe hacia qué luces y qué r… anocheciendo, madre, navegando: yo que te vi agrietada en los retu…
La sala del pobre gigantesca, noct… por manos tan seniles que ya tocan… serafín dilucida mi pecho minuciosamente,… como tristes fauces.
Este libro no es tanto de poesía como de conciencia. Sus versos resultan duros y desabr… pero dicen la verdad de mi corazón cambiante y una
entra dice la ene de la nieve que sólo existe para el calendario si entre eros y héroe no se atreve a prescindir del año imaginario sigue la fe que nos sopló el prime…
¿Vienes menos cada vez, huyes de mí, o es que estamos entrando en tu si… y ya tenemos poco que decirnos? Pero ese poco,
Nunca estoy conmigo. Otro. El otro, por dentro, afuera, entre, despertando olvido. Voy y vengo, descompuesto, juguete de imán profundo, niño.
Esto hicieron otros mejores que tú durante siglos. De ellos dependía tu sensación de libertad,
Oculto he sido y acunado por el ma… cual si estuviera mi madre en otro… alhaja inmóvil de tristeza para el… los fríos tulipanes del traspatio,… de amargo alero al mediodía. Sin v…
La dulce mañanita, los gorriones que vienen a las migas uno a uno acompañándonos al desayuno con cuerdas de Vivaldis y Albinon… sus saltitos cimbrando los cordone…
¡Oh dulcísimo callar del ángel de mi sigilo! ¡Oh dulcísimo callar del mundo en mi corazón! ¡Oh dulcísima miseria
¡Juana Ígnea ¡Isolda nuestra! ¿Quién eras? ¿Dónde estás? Siento en tus cartas el olor astralmente salvaje