Te hablo
y parece que no me oís
cuando te digo
y te repito
que la carne cruda
pareciera
estar
viva
porque l a t e
sobre la mesada de mármol
granito.
Estoy GRITANDO
al insistir,
que el frío
lejos de conservarla
va a ocasionarle
una segunda muerte.
Su color,
cambió del intenso al oscuro
y creo que se arrastra
al borde
intentando c
a
e
r
al piso,
como ÚLTIMO DESEO posible.