Las alas cortaste
en plena adolescencia
abandoné el nido
llena de carencias
busqué alojo
en corazones tiernos
hubo enojos
pero nunca rendición
ante un alma vagando
por un mundo sin perdón.
Llena de taras vivo
y tú como si nada
y aún harta de vino
a mi hermano y a mí
nos das dos cucharadas
de ese cianuro enmascarado
el que más te satisface a ti.
Egoísta, mala,
te sigo respetando
aunque no lo merezcas,
la sangre en llamaradas
y tuya la indiferencia...