Times square
Il pleut dans mon coeur...
Verlaine
Bulle la colmena
—sin aparente propósito—
por las calles y los corredores
del subway que se alargan
interminablemente sombríos.
Alucinada la ciudad
se yergue en signos cabalísticos,
se devora a sí misma
densa,
atenazante,
se multiplica,
se dispersa,
sin pies ni cabeza.
Acaso sueña con sus túneles y puentes.
La noche abraza
la piel de hierro y concreto de Nueva York.
Hay frío,
llueve,
llueve
sobre los borrachos,
las rubias de cabellos largos,
los homeless, los negros,
los adolescentes luminosos,
los marines, los foráneos,
los buenos ciudadanos y las buenas señoras,
los viejos de cuerpos delgados.
Sobre vidrios rotos,
camino en el vórtice
y el olor del cannabis me llega
áspero,
borroso,
cercano.
En la desembocadura del asombro
—bajo la luz de un farol—
exploro los rostros pálidamente irreales
buscando la posibilidad de la alegría,
en esta noche lluviosa
de Año Nuevo en Times Square.
La multitud es un jabalí.