Tejiendo de mi sueño una guirnalda
me Paso en mi “chaise-longue” la tarde entera,
hay un rumor de ramajes allá afuera
y un celaje purpúreo, azul y gualda.
Cigarrillos egipcios, y en mi espalda
tengo almohadas y pieles de pantera;
me he soltado la luenga cabellera
que resbala a la alfombra, con mi falda.
En un ángulo oscuro de la estancia
un humoso y dorado pebetero
esparce en el ambiente acre fragancia.
La radiola deja oír su eco postrero,
y yo en tanto, esperándote con ansia,
Entre tanto “snobismo”, casi muero...