A los cuarenta y cuatro, para lo único que eres joven, es l… Solo cuando entiendes el miedo a l… puedes escribir el poema. La noche, esa pequeña muerte de to…
La impresión del amarillo, el rojo… sobre el asfalto cuando llueve. La lluvia baña las huellas del crimen.
Después de las seis de la tarde, cualquier cama deviene en explanad… a donde los combatientes llegan pa… Cuántos no han quedado mancos desp… de la guerra nadie sale ileso.
La noche tiene luceros artificiale… en mi cuarto una regla de enchufes… la noche tiene manías es posible una mirada sorda aquell… buscando en el otro palabras que n…
Puede ser que mañana la vela siga encendida el paso de las horas el paso de lo… no habrá apagado su lumbre
Soy la sombra de la nada soy el polvo que surge del polvo y aún así o a causa de ello necesito una oración
Qué pasa con el viento que pasa y ya no lo vuelves a ver una pala de playa saca de tu pecho arenas inesperadas
Aún el sol ocupa los espacios de esta casa habitada por ausencias. Me resisto a las pretensiones de la noche, al robo de los rostros y las caricias. Evoco las galas de los primeros dese...
...y te vas directo a mi pelvis cuando todo lo que quiero de ti es… cualquiera sabe llegar a mi pelvis mi pelvis está en Google Maps pero mis brazos...
Vuelvo con el miedo y la esperanza de encontrarte y no encontrarte si te encuentro me pierdo vuelvo al pasillo
A un amante que no huele a nada se le recuerda por la invención de… corcho húmedo su pecho boca arriba entre olas y espumas de sábanas ma… sauce llorón sus ramas de pelos
Yo era un cíclope de cristal tú lo sabías mi corazón flameaba poco pero su llama era auténtica tú lo sabías
Yo no vivo el amor como los otros yo susurro plegarias al colchón do… a esa explanada a la que nunca te… y donde hoy el fuego consume sus t… en medio del incendio
El maquillaje de la tierra se agri… al día el cuerpo de los muertos (o no muertos) el traje y el vestido planchados descansan
Nos olvidamos de lo que no vemos. Del piojo feliz en la cabeza de nuestros Estuardos, de las violetas que florecen en sus cuerpos por las caricias brutales de sus verdugos. Y volvemos a...