TURGENCIAS
Tu túrgida abundancia se desborda,
del escote con mallas de tu traje,
que en oro y plata de sutil encaje,
Venus, la diosa del amor, te borda.
Eres, entonces, manantial de ensueño,
que me lleva hasta ti, con todo anhelo,
a encontrar el tesoro de tu velo,
y volverme de ti, tu único dueño.
Hacer una galaxia con tu nombre,
escribiendo en lo azul del universo
en la constelación de tus estrellas,
en cóncavo techado para el hombre
y en alas de la luz, lúbrico verso,
con fúlgido clamor de las centellas.