A UN ARROYUELO DE SAN JUAN NEPOMUCENO
Presuroso desciende de la loma
que atalaya, romántica, el paisaje;
para luego ocultarse en el follaje
por donde el lampo trémulo se asoma
Le tributa su arrullo la paloma
con su dulce y monótono lenguaje;
mientras rayos del sol bordan su traje
en su urdimbre, con fibra policroma.
Allí voy a pensar, amada mía,
en los besos que salen de tu boca,
y en la bruna y audaz hechicería
que alegre de tus ojos se desboca
para darle sentido a mi alegría
que en sus plácidas linfas desemboca.