Aquí otra vez, los labios memorabl… He persistido en la aproximación d… de la pena. He atravesado el mar. He conocido muchas tierras; he vis…

No rendirán de Marte las murallas a este, que salmos del Señor inspi… desde otra luz (desde otro siglo)… los ojos, que miraron las batallas… La mano está en los hierros de la…

De las generaciones de las rosas que en el fondo del tiempo se han… quiero que una se salve del olvido… una sin marca o signo entre las co… que fueron. El destino me depara

De estirpe de pastores protestante… y de soldados sudamericanos que opusieron al godo y a las lanz… del desierto su polvo incalculable… soy y no soy. Mi verdadera estirpe

Ni aquella tarde ni la otra murió el ilustre Giambattista Marino, que las bocas unánimes de la Fama (para usar una imagen que le fue cara) proclamaron el nuevo Homero y el nuevo Dante, ...

En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, eso...

Alguna vez hubo una dicha. El hom… aceptaba el amor y la batalla con igual regocijo. La canalla sentimental no había usurpado el n… del pueblo. En esa aurora, hoy ult…

El tema de hoy será el budismo. No entraré en esa larga historia que empezó hace dos mil quinientos años en Benares, cuando un príncipe de Nepal—Siddharta o Gautama—, que había llegado ...

Carlos avanza entre su pueblo. Mi… a izquierda y a derecha. Ha rechaz… los brazos de la escolta. Liberado de la necesidad de la mentira, sabe que hoy va a la muerte, no al…

Una espada, una espada de hierro forjado en el… una espada con runas que nadie podrá desoír ni descifra… Una espada que los poetas

Yo anhelo un arte que traduzca la emoción desnuda, depurada de los adicionales datos que la preceden. Un arte que rehuya lo dérmico, lo metafísico y los últimos planos egocéntricos y mo...

Dirijo este poema (por ahora aceptemos esa palabra) al tercer hombre que se cruzó conm… no menos misterioso que el de Aris… El sábado salí.

Está bien que se mida con la dura sombra que una columna en el estío arroja o con el agua de aquel río en que Heráclito vio nuestra locur… El tiempo, ya que al tiempo y al d…

Silenciosas batallas del ocaso en arrabales últimos, siempre antiguas derrotas de una g… albas ruinosas que nos llegan desde el fondo desierto del espaci…