(1816 - 1879)
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Aquí también. Aquí, como en el ot… confín del continente, el infinito campo en que muere solitario el gr… aquí también el indio, el lazo, el… Aquí también el pájaro secreto
Se abre la verja del jardín con la docilidad de la página que una frecuente devoción interro… y adentro las miradas no precisan fijarse en los objetos
¿De qué agreste balada de la verde… de qué lámina persa, de qué región… de las noches y días que nuestro a… vino la cierva blanca que soñé est… Duraría un segundo. La vi cruzar…
No he recobrado tu cercanía, mi pa… Lo más lejano del firmamento las d… Se han desprendido de las altas co… Vienen del patio donde el aljibe e… Vienen del creciente jardín cuya i…
Lo supieron los arduos alumnos de… los astros y los hombres vuelven c… los átomos fatales repetirán la ur… Afrodita de oro, los tebanos, las… En edades futuras oprimirá el cent…
No he reescrito el libro. He mitigado sus excesos barrocos, he limado asperezas, he tachado sensiblerías y vaguedades y, en el decurso de esta labor a veces grata y otros veces incómoda...
En la antigua Confitería del Águila, en Florida a la altura de Piedad, oímos la historia. Se debatía el problema del conocimiento. Alguien invocó la tesis platónica de que ya todo lo he...
Con la tarde se cansaron los dos o tres colores… Esta noche, la luna, el claro círc… no domina su espacio. Patio, cielo encauzado.
Me acuerdo, fue en Balvanera, en una noche lejana, que alguien dejó caer el nombre de un tal Jacinto Chiclana. Algo se dijo también
Oh destino el de Borges, haber navegado por los diversos ma… o por el único y solitario mar de… haber sido una parte de Edimburgo,… de Colombia y de Texas,
Paul Claudel ha escrito en una página indigna de Paul Claudel que los espectáculos que nos aguardan más allá de la muerte corporal no se parecerán, sin duda, a los que muestra Dante en ...
Henry James—cuya labor me fue revelada por una de mis dos protagonistas, la señora de Figueroa—quizá no hubiera desdeñado la historia. Le hubiera consagrado más de cien páginas de ironí...
Mi destino es la lengua castellana… El bronce de Francisco de Quevedo… Pero en la lenta noche caminada, Me exaltan otras músicas más íntim… Alguna me fue dada por la sangre—
La noche es olorosa como un mate c… y es vagancia en las calles y vent… La tarde fue mi pena. La noche co… aduna la confianza de los patios a… Mis pasos haraganes comprenden bie…
Naderías. El nombre de Muraña, una mano templando una guitarra, una voz, hoy pretérita que narra para la tarde una perdida hazaña de burdel o de atrio, una porfía,