Como ser humano, soy una especie de antología de contradicciones, de 'gaffes’, de errores, pero tengo sentido ético. Eso no quiere decir que yo sea mejor que los otros, sino simplemente que trato de obrar bien, y no espero castigo ni recompensa. Que soy, digamos, insignificante, es decir, indigno de las dos cosas. El cielo y el infierno me quedan muy grandes.
Recogido por Esteban Peicovich en su libro "Borges, el palabrista"