Si yo nací para más alta empresa que arrojar el honor de mis deseos a los ligeros pies de una belleza, como se echaba el guante en los to… me avergüenza mirarme en este inst…

Este que oprime el corazón sin rui… con la corona de sus dedos yertos, espera todavía. Aquí dormido reposa con los ojos entreabiertos. Sobre él no se inclinó mirar queri…

Tornasolando el flanco a su sinuos… paso va el tigre suave como un ver… y la ferocidad pule cual terso topacio el ojo seco y vigoroso. Y despereza el músculo alevoso

Muda está la oración, como suspens… de secretos que nunca tendrán voz. ¡Lánguida y resignada tarde inmens… prolongada de adiós! ...Y con una pereza dolorosa

Hermosa es la sidérea compañía de siete estrellas en la oscura fr… del universo... Pero está vacía la sombra que la octava hermana au… ¿Qué ignoto espacio su fulgor rocí…

Entra la aurora en el jardín; desp… los cálices rosados; pasa el vient… y aviva en el hogar la llama muert… cae una estrella y raya el firmame… canta el grillo en el quicio de un…

Si puesto a amar, indiferente y fr… desdeño el convivial lugar y cesa de sonreír la gracia de la mesa que es regocijo de hombre sano, an… olvidar este frívolo desvío;

Con el casco opulento alta la test… recta y firme, el mirar como soñad… sobre extendida garra la otra pues… y ola de hierro el cuerpo recostad… por su actitud de contenido empuje

Cuando en las fiestas vago en el s… desde las tierras altas la mirada de albatros tiendo a la ciudad car… de hombres, la lado del Estuario t… Como en una visión de grandes vall…

II Odio era: no es. Que ya no existe esta otra fiebre de la carne viva. A tanto que me muere no resiste este otro orgullo de violencia alt…

¿Qué te importa, señor, pues que e… la sinrazón de mi afligido labio? Tu maestro de vida fue la acción y compañero ocioso el corazón. ¿Para el molino el ala activa al v…

II Y pues que recordar es necesario para sentir vivir, ¡ay!, recordemo… deshójense marchitos crisantemos frente a mi hoy, espejo solitario.

Nunca como esta noche de verano de gran silencio melodiosa y pura he sentido la lánguida dulzura, la irrealidad, de mi pasión que en… confieso al alma de la noche oscur…

La sirena fatal fuera piadosa para el ilusionado por su canto que a punto de caer rompiera el ll… y gemebundo le dijera: ¡oh, diosa del mar azul, perdóname! Tu encant…

En la fosca y solemne cumbre crece el leucerón; la nieve es su susten… y en el hospitalario valle el vien… las campanitas del muguete mece. La flor que en el radioso encumbra…